¡Vuelve la sabrosura a La Musique! En esta ocasión, en compañía de Be Bop Sesiones presentamos a Danzfill, una banda de la casa que llegó a nosotros con la sonrisa y la misma energía que se les ve brotar desde Cucunubá en Ubaté para esta nueva invitación de la casa que ha acogido a bandas que nos han emocionado en todo este transcurso del trabajo en conjunto.
Para el regreso de vacaciones, Be Bop siguiendo con esta temporada, continúa alimentando su diversidad sonora con un nuevo proyecto bogotano que mezcla pop alternativo con influencias electrónicas. En este capítulo: Danzfill, una banda naciente en 2015 que ha estado haciendo la laboriosa tarea de encontrar un lugar en esta escena cada vez es más amplia y sin embargo su constancia los ha hecho ir emergiendo dentro de una cantidad significativa de nombres más.
Las guitarras con que se han tomado varios bares de la ciudad, debutan en la particular sala hecha set de la casa de un rincón de un municipio de Cundinamarca, donde a las 3 de la tarde ya hay que andar con ruana y que sin importar el frío del ambiente, la música siempre será una excusa para sacar el lado calentano de todo aquel ciudadano de tierra fría, y que mejor que ahora con la música de Danzfill.
Una mezcla deliciosa de baterías, tempos curiosos, pads y secuencias electrónicas donde se entreve una necesidad de exploración que se va haciendo consistente. A partir de esta experiencia, si tiene la oportunidad de encontrarlos algún día en el anochecer capitalino y quién sabe de algún otro territorio, convénzase de pegarles una visita, seguro vale la pena.
Su música ya está en plataformas de streaming, si le gustó lo que vio, no dude en seguirlos por allí, puede que se encuentre con más música que le fascine.
Las guitarras con que se han tomado varios bares de la ciudad, debutan en la particular sala hecha set de la casa de un rincón de un municipio de Cundinamarca, donde a las 3 de la tarde ya hay que andar con ruana y que sin importar el frío del ambiente, la música siempre será una excusa para sacar el lado calentano de todo aquel ciudadano de tierra fría, y que mejor que ahora con la música de Danzfill.
Una mezcla deliciosa de baterías, tempos curiosos, pads y secuencias electrónicas donde se entreve una necesidad de exploración que se va haciendo consistente. A partir de esta experiencia, si tiene la oportunidad de encontrarlos algún día en el anochecer capitalino y quién sabe de algún otro territorio, convénzase de pegarles una visita, seguro vale la pena.
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